A los perros que muerden
corazones de rosas
son malditos en vida,
son malditos si mueren.
Al gusano que come
la carroña de otros
y que ahíto de peste
busca asilo entre hienas
no se llena de tiña
pues nació para eso.
Al infiel e indecente
que deshonra y que hiere,
sin que su alma de fiera
sienta ninguna duda,
a este cruel traicionero
que se viste de humano
y se muestra a los ojos
con fingida careta.
No se engañen y observen
negros ojos de hierro
que reflejan su inmunda
y maldita alma negra.
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