jueves, 24 de marzo de 2011

TRISTEZA






Muchas millas sobre la tierra y el mar
donde mi amor me fue devuelto;
no recuerdo las palabras que dijo,
pero los árboles, gimiendo lo recuerdan.

Y llegó listo para tomar y llevar
la cruz que había llevado por años,
pero las palabras llegaron lentamente, una por una
de sus labios cerrados todavía, congelado y mudo.

¿Cómo sonaban mis palabras tan serenas y lentas
para el corazón tan grande y fuerte que me amó,
quién vino a salvarme del dolor y el mal
y para consolarme con su amor tan inmenso?.

Sentí las ráfagas del viento y el frío
y los vapores de la piedra de color marrón rojizo;
sentí un hechizo que contenía el aliento
me sentí como una muerta en vida.


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