sábado, 2 de abril de 2011

IRA

La ira de los justos 
que con motivo se hace grande
abraza a los crueles 
que creen ser los dueños 
y comprime sus huesos 
para asimismo romper sus almas.


Apagada la sed de venganza 
retorno al  hogar 
con el rostro en alto 
y el corazón henchido 
de frialdad porque pude sojuzgarte. 


¿Valió la pena 
entonces castigar 
a esos seres crueles, 
que agobiaban mi vida 
ultrajando mi orgullo 
y matando mi alegría? 


Pues, castigando la injuria,
los que creemos en la vida
después de la vida 
en lugar de estar aliviados 
nos juzgamos desdichados. 


¡
Dejemos entonces a merced 
de aquel que nos creó 
la vida y el destino 
de aquellos viles bastardos!

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