La ira de los justos
que con motivo se hace grande
abraza a los crueles
que creen ser los dueños
y comprime sus huesos
para asimismo romper sus almas.
Apagada la sed de venganza
retorno al hogar
con el rostro en alto
y el corazón henchido
de frialdad porque pude sojuzgarte.
¿Valió la pena
entonces castigar
a esos seres crueles,
que agobiaban mi vida
ultrajando mi orgullo
y matando mi alegría?
Pues, castigando la injuria,
los que creemos en la vida
que con motivo se hace grande
abraza a los crueles
que creen ser los dueños
y comprime sus huesos
para asimismo romper sus almas.
Apagada la sed de venganza
retorno al hogar
con el rostro en alto
y el corazón henchido
de frialdad porque pude sojuzgarte.
¿Valió la pena
entonces castigar
a esos seres crueles,
que agobiaban mi vida
ultrajando mi orgullo
y matando mi alegría?
Pues, castigando la injuria,
los que creemos en la vida
después de la vida
en lugar de estar aliviados
nos juzgamos desdichados.
¡Dejemos entonces a merced
de aquel que nos creó
la vida y el destino
de aquellos viles bastardos!
en lugar de estar aliviados
nos juzgamos desdichados.
¡Dejemos entonces a merced
de aquel que nos creó
la vida y el destino
de aquellos viles bastardos!
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