Largo es el camino de mi destierro,
dura y tortuosa la travesía
que he de andar.
dura y tortuosa la travesía
que he de andar.
Marcharé errante por mucho tiempo
en busca de mi identidad,
porque en mi interior no me encuentro.
en busca de mi identidad,
porque en mi interior no me encuentro.
Para subir a la gloria,
he tenido que bajar a los abismos,
he tenido que bajar a los abismos,
he llegado hasta las sombras,
sacrifiqué infinidad de tiempo,
te di de beber hasta mi sangre
infortunado ser que habitas los espacios oscuros.
El oráculo predijo mi destino,
un sino, tan sombrío como noche sin luna,
un destino negro como tu corazón de acero,
una existencia en la que tú no estarás.
sacrifiqué infinidad de tiempo,
te di de beber hasta mi sangre
infortunado ser que habitas los espacios oscuros.
El oráculo predijo mi destino,
un sino, tan sombrío como noche sin luna,
un destino negro como tu corazón de acero,
una existencia en la que tú no estarás.
No quiero más fantasías creadas por mi inocencia,
quiero enfrentar la imperturbable y cruel realidad
que envuelve mi alma cual manto de seda,
y que protege mis blancas manos
de un aterrador y agresivo invierno.
quiero enfrentar la imperturbable y cruel realidad
que envuelve mi alma cual manto de seda,
y que protege mis blancas manos
de un aterrador y agresivo invierno.
Nada tiene sentido ya,
porque mis versos se tornaron tristes,
humillada estoy por el paso del tiempo,
ya nunca los cuervos volverán a
graznar a cada instante tu nombre,
sin embargo no te condeno yo en este momento
aunque loca de odio por ti me he vuelto.
porque mis versos se tornaron tristes,
humillada estoy por el paso del tiempo,
ya nunca los cuervos volverán a
graznar a cada instante tu nombre,
sin embargo no te condeno yo en este momento
aunque loca de odio por ti me he vuelto.
Cúbreme una vez mas con andrajos y mentiras,
clávame una daga de lágrimas quemadas,
dame una estocada y arrójame de tu vida,
lánzame en el rostro la verdad
de lo que pudo ser y no fue,
y renuncia a decir mi nombre
aunque, sin mi, no volverás a ser un espíritu celeste.
clávame una daga de lágrimas quemadas,
dame una estocada y arrójame de tu vida,
lánzame en el rostro la verdad
de lo que pudo ser y no fue,
y renuncia a decir mi nombre
aunque, sin mi, no volverás a ser un espíritu celeste.
Volveré para resguardarte cuando quedes solo,
pues te sentirás desamparado al mirar las estrellas,
escrutarás en sus signos casi sin esperanzas
y verás dos espíritus rotos que no volverán a unirse,
sin embargo, oirás la nada sollozar como ecos de mi infinita ausencia…
pues te sentirás desamparado al mirar las estrellas,
escrutarás en sus signos casi sin esperanzas
y verás dos espíritus rotos que no volverán a unirse,
sin embargo, oirás la nada sollozar como ecos de mi infinita ausencia…
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