Me has descubierto si, soy un cortejo
de fúnebres silencios, enquistados
en lo más hondo. Vértigos helados
que no me dejan porque no les dejo.
Fantasmas que recelo en el reflejo
de la luna, colgada en los tejados
como un ejecutado blanco, encubiertos,
que corren tras de mi cuando me alejo.
Son las sombras que vienen de tu ocaso;
los condicionamientos de la ausencia;
el vértice central de una agonía
que de dolor se convirtió en dolencia
retornada a mis escritos paso a paso,
por mil caminos de melancolía.
de fúnebres silencios, enquistados
en lo más hondo. Vértigos helados
que no me dejan porque no les dejo.
Fantasmas que recelo en el reflejo
de la luna, colgada en los tejados
como un ejecutado blanco, encubiertos,
que corren tras de mi cuando me alejo.
Son las sombras que vienen de tu ocaso;
los condicionamientos de la ausencia;
el vértice central de una agonía
que de dolor se convirtió en dolencia
retornada a mis escritos paso a paso,
por mil caminos de melancolía.
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