¡Oh, espíritu puro, dónde estás ahora
susurro de mi alma!
Deja que algún pensamiento alentador tuyo,
tome control del dolor amargo.
No fueron por ti las lágrimas que derramé,
mis sufrimientos ya han terminado;
el mar está en calma, la tempestad ha pasado,
en esta tierra eterna.
Ya no están las tormentas que destruyeron la paz de mi alma
mis lágrimas ahora caen suavemente;
tampoco está la furia del verano, ni el frío del invierno,
mi pobre espíritu ya casi está en calma.
Mi paz está sellada, el descanso es casi seguro,
mis penas están por concluir;
Ya no es tiempo de llorar y quedarse aquí,
ahora, a continuación, voy a la tumba.
Y no es tan terrible la frialdad ni la mortaja,
que oculta los cuerpos muertos a los ojos de los vivos
en la oscuridad impenetrable de las profundidades.
¡Al fin he comprendido los secretos del cielo y del abismo…!
En un sueño de felicidad inimaginada,
algunos en trance de éxtasis se muestran
cuando por el seno de la tierra de se dejan abrazar,
¡Oh, pobre miseria humana que feliz se es estando exánime…!
susurro de mi alma!
Deja que algún pensamiento alentador tuyo,
tome control del dolor amargo.
No fueron por ti las lágrimas que derramé,
mis sufrimientos ya han terminado;
el mar está en calma, la tempestad ha pasado,
en esta tierra eterna.
Ya no están las tormentas que destruyeron la paz de mi alma
mis lágrimas ahora caen suavemente;
tampoco está la furia del verano, ni el frío del invierno,
mi pobre espíritu ya casi está en calma.
Mi paz está sellada, el descanso es casi seguro,
mis penas están por concluir;
Ya no es tiempo de llorar y quedarse aquí,
ahora, a continuación, voy a la tumba.
Y no es tan terrible la frialdad ni la mortaja,
que oculta los cuerpos muertos a los ojos de los vivos
en la oscuridad impenetrable de las profundidades.
¡Al fin he comprendido los secretos del cielo y del abismo…!
En un sueño de felicidad inimaginada,
algunos en trance de éxtasis se muestran
cuando por el seno de la tierra de se dejan abrazar,
¡Oh, pobre miseria humana que feliz se es estando exánime…!
